El Amor no Espera
El Amor no Espera Había una vez un viejito que estaba enfermo y cansado. El tenía cuatro hijos, y de ninguno de ellos recibía la menor atención. Vivía en una abundante pobreza. A duras penas lograba sobrevivir. En su pequeñísima granja deambulaban unas cuantas gallinas flacas, que existían casi de milagro, y por lo menos, no dejaban de poner un par de huevos diariamente. El resto de la dieta que el viejito consumía, eran unas cuantas frutas silvestres que cada día le costaba mucho esfuerzo recolectar. Un día, buscando entre sus escasas pertenencias, encontró dos monedas de plata y se le ocurrió una genial idea. En el pueblo las intercambió con un mercader de artículos antiguos quien le dio un viejo baúl. Como pudo, se las arregló y lo trasladó a su casa. Una vez en ella, lo dejó a la vista en el centro de su humilde choza. Por casualidad uno de sus hijos lo visitó e intrigado le preguntó: "¿Qué guardas ahí?" -"Un secreto", le contestó, "que solamente